viernes, 18 de noviembre de 2011

La lectura

LECTURA: ¿OBLIGACIÓN O PLACER?

El gusto por la lectura no es algo innato, sino que constituye un proceso de aprendizaje que se inicia en la infancia. Los padres pueden motivar esta afición en sus hijos. Ofrecer unos correctos patrones de conducta y poner a su alcance los libros adecuados son tareas imprescindibles para lograrlo.


DE 0 A 3 AÑOS Esta etapa es decisiva en el gusto que desarrollará el niño por la lectura. Según cómo hayan establecido los padres la relación “libro–juego”, la afición se desarrollará de una manera u otra.

¿Cómo motivarle?. Aunque el niño todavía no sabe leer, es importante empezar a ver con él libros con imágenes y colores y ayudarle a reconocer objetos y animales en ellos. Es fundamental que asocie el libro con juego y diversión. También es beneficioso empezar a contarle cuentos muy cortos. Además de ampliar su vocabulario, le enseñan a dar una significación secuencial a las imágenes que ve.

DE 3 A 6 AÑOS En esta etapa la fantasía resume la visión que tiene el niño del mundo. Debido a esto, se deben proporcionar al niño cuentos y relatos fantásticos, ya que alimentan su imaginación y le permiten crecer, pero siempre teniendo en cuenta lo que puede asimilar el niño en cada momento.

¿Cómo motivarle?. El niño todavía no sabe leer pero debe tener claro que cuando sepa hacerlo podrá divertirse tanto como lo hace escuchando cuentos. Si no se crea esta asociación cuanto antes, es posible que al crecer el niño por falta de uso de la imaginación llegue a perder el interés por el mundo de la literatura. Para motivar a los niños, los padres deben jugar con ellos, contarles cuentos, escuchar los que cuentan ellos, introducirse en su mundo de fantasía...

DE 7 A 12 AÑOS En esta etapa se consolida el aprendizaje de la lectura. Se trata de una tarea difícil, por lo que el niño debe estar lo suficientemente motivado como para no considerarlo como algo costoso y aburrido.

¿Cómo motivarle?. Cuando se está aprendiendo a leer, la mejor motivación es ver que los demás leen. Comprarle libros adecuados a su edad que sean estimulantes y divertidos y que estén en su cuarto, al alcance de su mano también favorecerá este hábito. Es bueno proponer al niño leer juntos, dedicar ratos a la lectura y luego comentar lo leído, es necesario comprobar que comprende lo que lee, sobre todo en los inicios del aprendizaje.

Animarles a que cuenten lo leído a sus hermanos en la cena, les hará sentirse importantes, y de esta manera el niño perfeccionará su expresión oral, utilizará vocabulario nuevo y establecerá secuencias para contar el cuento paso a paso.

Otra forma divertida de motivar y estimular la creatividad es representar teatralmente el cuento con sus hermanos o amigos. Con esto se consigue que se afiance la relación cuento–juego y que la comprensión y asimilación de lo leído sea mayor.

DE 12 A 15 AÑOS En esta etapa se desarrolla el espíritu crítico, es conveniente tratar de que comience a ser consciente de que en un libro no sólo interesa el argumento sino también el punto de vista del autor, cómo está escrito el libro, algunos matices...

¿Cómo motivarle?. Si el niño tiene adquiridos unos buenos hábitos de lectura, los padres deben procurar proporcionarle buenos libros e intentar que no pierda la costumbre. En el caso de que no le guste leer, una forma de motivarle es ir buscando dentro de sus aficiones y gustos, libros que amplíen sus conocimientos sobre un tema atractivo para él.

Los padres pueden leer primero el libro, y comentárselo a su hijo para despertar su curiosidad. Puede resultar interesante que una vez leído se comente en la familia, que los padres se interesen por la opinión de su hijo, que le ayuden a desarrollar su juicio crítico y a afianzar su hábito lector.

ADOLESCENCIA En esta etapa se da la crisis de la adolescencia, en la que se busca una identidad y autonomía personal todavía no conseguida. El adolescente se está buscando a sí mismo y para ello busca modelos con los que identificarse, de los que aprender.

El problema que se plantea con los adolescentes es que se consideran ya “mayores” para leer todo, los padres tienen que crear la noción de que la madurez va unida al espíritu crítico y para demostrarlo, lo mejor es hacerlo con el ejemplo.

¿Cómo motivarle?. Es fundamental hacerles pensar, discutir con ellos sobre lo que leen, crear polémica, no ridiculizar sus opiniones ni gustos y comprar libros de su interés con ellos.

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